BÉCQUER Y LAS BRUJAS
AÑO 2020
150 aniversario de la muerte del poeta
BÉCQUER Y LAS BRUJAS es un original largometraje documental dirigido por Elena Cid, que fusiona biografía, historia, misterio, brujería y romanticismo. La historia viaja a través de la vida del famoso poeta Gustavo Adolfo Bécquer y en especial sobre su estancia en las tierras del Moncayo.
Allí, recorriendo la zona, descubrió Trasmoz, el pueblo de las brujas, y escribió desde su retiro en el Monasterio de Veruela su colección de cartas “Desde mi Celda”. El documental se centra en la Carta VI, que narra la muerte de la Tía Casca, mientras que explora la historia de la brujería e Inquisición.
Bécquer la describió así «Con sus greñas blancuznas, su formas extravagantes, su cuerpo encorvado y sus brazos disformes, que se destacaban angulosos y oscuros sobre el fondo de fuego del horizonte»
Y puso en boca de los lugareños con los que conversó que el espíritu en pena de la bruja se ocupaba «en acosar y perseguir a los infelices pastores que se arriesgan por esa parte de monte, ya haciendo ruido entre las matas, como si fuese un lobo, ya dando lastimeros como de criatura, o acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca a los que van por el borde, les clava la mirada de sus ojos de búho y cuando el vértigo comienza a desvanecer su cabeza da un gran salto, se les agarra a los pies y pugna hasta despeñarlos en la sima»
Esta persona que existió en realidad, Joaquina Bona, que así se llamaba, tenía 46 años cuando la mataron, una muerte injusta y violenta en un arranque de ira popular, acusada por hechos de brujería,
Acusada, de ser la ejecutora de males de ojo y todos los hechizos imaginables, en el año de 1850, según se narra en los periódicos de la época, fueron los vecinos del lugar, quienes la persiguieron hasta un precipicio, y a pesar de los ruegos y súplicas de la anciana, fue arrojada al vacio.
Tras morir la tía Casca dicen que su alma comenzó a vagar por el entorno, unos que quizá por sed de venganza. Otros porqué ni el mismísimo diablo quiso llevársela al Infierno.
Tras morir la tía Casca dicen que su alma comenzó a vagar por el entorno, unos que quizá por sed de venganza. Otros porqué ni el mismísimo diablo quiso llevársela al Infierno.
SINOPSIS
En 1864, Gustavo Adolfo Bécquer, aquejado por sus problemas de salud, se retira al Monasterio de Veruela. Lejos del ruido y la actividad político-social de la capital, Bécquer se sumerge en el paisaje del mítico Moncayo, el monte más misterioso de la geografía española.
Desde allí, el poeta descubre un mundo nuevo lleno de leyendas, leyendas que convergen en un pequeño pueblo a las faldas del Moncayo: Trasmoz, “El Pueblo de las Brujas”, el único pueblo oficialmente maldito y excomulgado de España.
Solo el Papa podría poner fin a esta situación que vive el pueblo desde hace cientos de años.
Sumergida en el acelerado siglo XXI, una joven poeta (Laura Contreras) encuentra las “Cartas Desde Mi Celda” de Bécquer. Atrapada por la historia, decide seguir la ruta del escritor y descubrir las mágicas historias que siguen ocultas a la vista de los nuevos tiempos.
La persecución de las brujas es una parte importante de la historia de la mujer. comprender el origen de la locura es fundamental para entender, que en cierto modo, no está completamente superada.
LOCALIZACIONES
Las localizaciones de “Bécquer y las Brujas” son un elemento fundamental del documenal, tanto que se pueden considerar protagonistas de la historia.
El documental articulado a modo de viaje de descubrimiento, explora a través de La Poeta (Laura Contreras) los caminos que recorrió Bécquer en 1863-64, principalmente: El Monasterio de Veruela y los caminos hacia Trasmoz. Pero no son los únicos ni mucho menos.
TRASMOZ Y VERUELA
Trasmoz y sus brujas, el castillo y el cementerio que protagoniza la Carta III. El pequeño pueblo de Trasmoz, quizás famoso por ser el último pueblo maldito, tiene un montón de historias por descubrir:
Trasmoz era como una isla laica rodeada de todos los pueblos que pertenecían al Monasterio de Veruela. Según cuentan las leyendas, la actividad de las brujas estaba en aquellos años en su máximo apogeo y, entre los muros de su castillo, los aquelarres y todo tipo de actos paganos eran una constante. Era independiente, por ejemplo, en el uso del agua, ya que la Corona le había otorgado una serie de derechos. Además, hay quien señala que en su Castillo lo que realmente se hacía era acuñar monedas falsas que minaban los ingresos de Veruela. Y fue este compendio de razones las que llevaron a excomulgar al municipio por orden papal.
El Monasterio de Veruela, después de la desamortización de Mendizábal, se convirtió en hospedería, y en él se alojaron artistas que iban buscando la paz e inspiración que ofrece el monasterio y su entorno.
Allí acudió Gustavo Adolfo Bécquer con su familia, y allí en su celda, escribió sus cartas, sus crónicas para El Contemporáneo, el periódico para el que trabajaba.
DISFRUTA ESCUCHANDO EL AMOR DE BÉCQUER:
Mucho y bueno donde elegir.
ResponderEliminarSolo faltas tú 💐
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